EL VERDUGO, adaptación a Teatro de Títeres.

EL VERDUGO. De EL ESPEJO NEGRO. TEATRO DE TÍTERES.

Adaptación de El Espejo Negro del guión de la película de Azcona y Berlanga. El universo de Berlanga llevado al universo del Teatro de Títeres, cuatro intérpretes y manipuladores dan vida a mas de trece marionestas sobre el escenario, recuperando los mensajes de aquella España de los 60 que Berlanga mostró con esa crítica y agudeza tan característica.

 

Interpreto y manipulo a Carmen, único personaje femenino de la obra que en su día fue interpretado por  la fantástica Emma Penella en la gran pantalla. De ella surge el camino para crear a esta «nueva Carmen», de su forma de trabajar las intenciones para mostrar sus anhelos y miedos, acomodándonos en su punto de vista de aquel contexto y de los acontecimientos. Aproveché para darle la forma completa al personaje la propuesta de El Espejo Negro de hacer aparecer a Carmen por primera vez en escena con un tema de Carmen Sevilla, haciendo uno de los playbacks tan característicos del Espejo, para hacer que esta Carmen pueda tener un deje de aquella Carmen artista que tanto aportó también a la historia y al cine español.

La sátira y el humor negro estan presentes gracias al guión, seguido fielmente por Ángel Calvente, y al lenguaje de la propio compañía, poniendo en el punto de mira todos aquellos temas sociales y humanos  tan actuales y vigentes en estos tiempos que corren.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Haz clic aquí para ver una pequeña entrevista a Berlanga y Emma Penella

 

Y aquí para ver sobre El Espejo Negro y El Verdugo que recogió rtve para el estreno de la obra.

 

Y aquí el vídeo promocional de la obra.

 

Reflexiones de Luis García Berlanga

«Uno de los temas más importantes de la película, para mí, es mostrar cómo un individuo cae en la trampa que la sociedad le tiende, cómo por obtener una mínima seguridad en su vida cae en una trampa mortífera. Claro que el verdugo es una víctima, claro. Manfredi se hace verdugo para poder tener un piso, para asegurarse un futuro, y termina entrando en el territorio más inseguro de todos, el territorio de la  muerte, de la eliminación de otros seres humanos.»
«El otro tema, el profundo es […] el del compromiso, la facilidad con la que el hombre y la sociedad contemporánea se comprometen, la facilidad con que el hombre pierde su libre albedrío, su absoluta libertad, su íntima personalidad, por “sistemarse”, por utilizar una palabra extranjera que viene a significar “situarse”. O sea, salta con una facilidad extraordinaria lo que le separa de ser libre, de ser él mismo, a no serlo.»
«Muchos directores dicen que visualizan totalmente lo que están pensando, lo que quieren hacer… Yo nunca he visualizado nada previo al momento del rodaje, allí me ha nacido siempre lo que sea, la imagen… Y esta vez es la única que de repente vi como una especie de situación mágica o premonitoria. De repente vi una gran sala blanca, enorme, persignada, sin ninguna referencia de mobiliario, de nada. Una gran sala blanca, enorme, con una puertecita muy pequeñita al fondo, exactamente como salió en la película, y dos grupos arrastrando a dos personas. Las dos personas arrastradas por los dos pequeños grupos: una la que va a morir y la otra la que va a matar. Y entonces los dos arrastrados por esos dos grupos que para mí eran, pues eso, la sociedad obligando a morir al que va a morir y obligando a matar al que va a matar.»

 

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